Metodos de estudio: explorando diferentes enfoques para el aprendizaje
El primer punto a tener siempre en cuenta es que el método de estudio es un aspecto extremadamente personal: cada estudiante tiene sus peculiaridades y, por lo tanto, tiene todo el derecho de encontrar la forma más adecuada para asimilar los conceptos. Pero al no existir una modalidad universal, ¿cuál es la correcta para encontrar los mecanismos a adoptar?
El hilo conductor que guiará su búsqueda es la experimentación. Una vez que se hayan informado sobre las diversas posibilidades que tienen a su disposición, traten de comprender cuál puede serles más afín y luego no duden en ponerla a prueba de inmediato. En caso de darse cuenta de que no es el método más adecuado para ustedes, sepan que tendrán total libertad para cambiar: su objetivo debe ser encontrar lo que es funcional para ustedes, escuchando sus necesidades sin prejuicios.
Es importante recordar que hay reglas de oro que facilitan la memorización independientemente del método de estudio elegido:
- Tratar de prestar atención y tomar apuntes lo más posible durante las clases: el tiempo que pasan en el aula es obligatorio, por lo tanto, aprovecharlo al máximo es la estrategia más astuta para luego optimizar el tiempo dedicado al estudio en casa;
- La lectura del material, incluso varias veces y eventualmente a través de herramientas de síntesis de voz (también disponibles en Algor Education).
Recuerden también que cada método de estudio puede ser personalizado a gusto de cada estudiante, quien con el tiempo puede moldear sus pasos, eliminando los que son superfluos y añadiendo otros según la necesidad de cada uno.

Tratar de prestar la máxima atención durante las clases puede marcar la diferencia incluso en el trabajo en casa.
El método del subrayado múltiple se basa únicamente en la lectura, subrayado y repetición del material abordado. Los pasos a seguir son pocos y fáciles de recordar:
- Lean atentamente el texto, tratando de comprender el panorama general que se pinta;
- Relean el texto subrayando con un resaltador de su elección, pero manteniendo el mismo color durante todo el tema;
- Repasen el texto trabajando con otros materiales, buscando las palabras clave y subrayando los conceptos centrales. Los signos y símbolos que decidan utilizar en este paso son completamente individuales y probablemente variarán con el tiempo, creando un lenguaje personal real;
- Completen repitiendo en voz alta.
Subrayar el texto varias veces y con diferentes estilos, cambiando incluso los colores según el tema o materia tratados, los estimulará a comprender las diferentes partes del texto y a reelaborarlas de manera que se vuelvan suyas. Además, en cada paso adicional tendrán que releer los contenidos, adquiriendo cada vez más confianza.
Un segundo método de estudio particularmente intuitivo y extremadamente eficaz fue ideado por el premio Nobel de física Richard Feynman. El investigador descubrió que el nivel de dominio de los nuevos conceptos y las habilidades expositivas relacionadas se potencian enormemente cuando se intenta explicarlos a una persona que no sabe absolutamente nada al respecto. Después de leer su texto, deberán imaginar que están contando el tema a otra persona: de esta manera, el cerebro se verá obligado a reelaborar y hacer propios los conceptos, también dándose cuenta de los puntos débiles en su preparación.

Organizar grupos de estudio es una de las mejores formas de potenciar las habilidades expositivas.
El método Cornell es probablemente uno de los más conocidos y utilizados porque permite combinar los apuntes tomados durante las clases con comentarios personales, creando resúmenes rápidos pero completos. Para ponerlo en práctica, debes:
- Tomar una hoja o cuaderno y dividirlo en tres secciones;
- En la primera sección, más grande que las demás, toma los apuntes como lo harías normalmente, tratando de tener material comprensible y lo más completo posible;
- Si tienes alguna duda o comentario sobre lo escuchado en clase, anótalos en la segunda sección. De esta manera, podrás resolverlos con calma una vez en casa o interrumpir al profesor en el momento más oportuno para aclaraciones;
- En la tercera sección, resume los apuntes que tomaste en clase, reorganizándolos y destacando los conceptos principales.
Utilizando este método para todo el material explicado durante las horas escolares, al final tendrás tantos resúmenes como temas tratados, y siempre podrás profundizar gracias a la versión original al alcance de la mano.
La penúltima modalidad de aprendizaje que te presentamos se basa en los mapas conceptuales, que se fundamentan en la idea de que la visualización gráfica del contenido (resúmenes) estimula la memoria visual, permitiendo fijar tanto los conceptos individuales como las conexiones entre ellos. Después de leer el texto de referencia, puedes crear tu propio mapa conceptual (también en línea):
- Comienza colocando en el centro el tema de referencia que estás abordando;
- Luego, elige el tipo de mapa que prefieres crear, intentando utilizar la mejor disposición según los objetivos que tengas. Si tienes dudas sobre la mejor manera de organizar tu mapa personal, puedes consultar nuestro artículo dedicado a cinco ejemplos de mapas conceptuales;
- Formula las principales preguntas relacionadas con el tema que estás estudiando, tratando de no omitir ningún elemento clave y personalizando el estilo para que sea visualmente estimulante para ti;
- Una vez que hayas completado el mapa, intenta repetirlo en voz alta, primero teniéndolo a mano y siguiéndolo con la mirada mientras hablas, y luego pasando a una segunda fase de repetición sin ningún tipo de apoyo.

Ejemplo de mapa conceptual sobre el tema de la globalización creado con Algor Education.
Este método es especialmente efectivo y versátil porque permite un nivel de personalización único; además, los mapas conceptuales estimulan a los estudiantes a crear conexiones entre los diferentes elementos estudiados, mejorando también las habilidades de expresión oral gracias a los dos pasos recomendados de repetición.
El método de estudio "del pomodoro", que recibe su nombre de los timers de cocina, fue ideado para aquellos que quieren administrar su tiempo de la mejor manera posible en su proceso de aprendizaje. Esta modalidad consiste en establecer sesiones de estudio de 25 minutos cada una, intercaladas con pausas de cinco minutos que deben utilizarse para relajarse y liberar la mente. Después de cuatro ciclos de estudio, puedes tomar un descanso más largo de 10 a 15 minutos y luego volver al ritmo anterior.

La gestión del tiempo con el método de estudio "del pomodoro" puede ser especialmente útil para los estudiantes con TDAH, que a menudo tienen dificultades con la gestión del tiempo.
Gracias a estas interrupciones podrás evitar sensaciones desagradables de cansancio o sobrecarga de trabajo, optimizando la concentración gracias al descanso cerebral cíclico. Por supuesto, a medida que utilices este método podrás modificar los intervalos de tiempo marcados por el temporizador, pero procurando mantener proporciones similares al modelo original. El punto fuerte de este método de estudio es, de hecho, su regularidad, la creación de una rutina que libera al estudiante de las tareas de gestión del tiempo.