La disortografía: un trastorno específico del aprendizaje
La disortografía: un trastorno específico del aprendizaje
Como se mencionó anteriormente, la disortografía es un Trastorno Específico del Aprendizaje (TEA) que afecta el ámbito de la escritura. Las situaciones que resultan complejas para el alumno se refieren a la falta de comprensión de la transformación del lenguaje hablado a escrito. El aspecto intelectual del niño no se ve afectado ni presenta deficiencias, y un diagnóstico preciso suele llevarse a cabo al final del segundo grado de primaria, alrededor de los 7/8 años.
Si el aspecto intelectual no se ve afectado de ninguna manera, el aspecto emocional y psicológico se ve afectado. No es difícil encontrar niños con síndromes depresivos y niveles elevados de estrés provocados precisamente por este TEA. El diagnóstico temprano de la disortografía puede permitir que el niño viva su proceso educativo y su formación de manera tranquila.
Cómo reconocer la disortografía
Al igual que en el caso de un niño disgráfico, el niño que presenta un problema de disortografía tiene características específicas. La escritura, de hecho, implica diferentes habilidades que dan lugar a procesos cognitivos igualmente diversos. Veamos algunos de ellos:
- Coordinación oculo-manual;
- Capacidad de codificar sonido-signo;
- Memoria a corto plazo;
- Reconocer conscientemente los fonemas y establecer una relación entre el lenguaje y la escritura.

Ejemplo de texto con errores, escrito por un estudiante con disortografía
El alumno con disortografía, deficiente en los procesos mencionados, comete una serie de errores que se distinguen convencionalmente en fonológicos y no fonológicos. A continuación se muestra una breve lista:
- Omisión de sílabas y palabras (por ejemplo, montaña con montana);
- Errores en el uso de consonantes complejas (por ejemplo, ragni con rani);
- Confusión cuando se encuentran sonidos similares entre sí;
- Omisión de palabras (por ejemplo, caldo con cado);
- Problemas para separar las palabras de manera correcta (por ejemplo, diritto con di ritto);
Además de los mencionados, hay otras situaciones que pueden alertar a la familia y a los docentes. A menudo, el niño con disortografía presenta problemas para organizar su espacio y moverse en él, tiene problemas de expresión oral (lenguaje), no puede distinguir visual y auditivamente los sonidos, y no puede representar los símbolos gráficamente.
Cómo se manifiesta la disortografía y las diferencias con la disgrafía
Durante las primeras etapas del proceso de aprendizaje, es normal que el niño encuentre dificultades, léxicas, lingüísticas y de aprendizaje. Por eso no se puede hablar prematuramente de disortografía. El maestro observa cuidadosamente el rendimiento escolar del niño y si este comete errores constantes y frecuentes en clase y en las tareas realizadas en casa.
Ante una dificultad mnemónica, una falta de conciencia en la transformación de los sonidos en signos y viceversa, la familia y los docentes se alertan y se involucran varios especialistas. Estos, con herramientas diagnósticas adecuadas (pruebas y exámenes), van definiendo poco a poco el plan de estudios personalizado (o PDP, Plan Didáctico Personalizado) más adecuado para el niño. El grupo de expertos siempre está formado por psicólogos, pedagogos, neuropsiquiatras y pediatras que conocen al niño desde que era pequeño. La profesionalidad de estas figuras permite que el niño continúe su proceso de aprendizaje de manera tranquila y equilibrada.
Es importante distinguir la disortografía de la disgrafía, ya que a menudo se confunden. La disortografía no es disgrafía y viceversa. La primera, como hemos analizado, afecta todo el ámbito lingüístico, la memoria a corto plazo y los procesos de transformación entre fonemas y grafemas; el niño comete un número alto y constante de errores. La segunda no afecta al aparato verbal, sino solo a los procesos gráficos, los trazos motores y la percepción que el estudiante tiene del espacio que lo rodea.
Recordemos que no estamos frente a una situación patológica o de enfermedad, como en el caso de otros Trastornos Específicos del Aprendizaje (TEA). Nunca se habla de discapacidad, pero es importante destacar que puede haber una condición de comorbilidad, es decir, la coexistencia de varios TEA en el mismo alumno (dislexia, disgrafía, discalculia)
Cómo enfrentar la disgrafía, herramientas y soluciones
Los estudiantes con TEA siguen rutas personalizadas según sus necesidades, lo cual también ocurre con aquellos que presentan un problema de disortografía. El docente y la red que apoya al niño implementan una serie de estrategias:
- Uso de la computadora;
- Posibilidad de usar un diccionario durante las pruebas y exámenes escritos;
- Estructurar pruebas de opción múltiple o con preguntas abiertas que requieran una respuesta breve;
- Tener más tiempo adicional durante las pruebas de evaluación, pruebas de verificación;

En la escuela, los estudiantes con disortografía tienen derecho a obtener un Plan de Enseñanza Personalizado.
Recordemos que los alumnos con disortografía tienen derecho a todas las intervenciones previstas por la ley 170/10, como por ejemplo, software para la escritura y creación de mapas conceptuales. El objetivo es lograr rápidamente la habilidad de encontrar la correspondencia correcta entre la representación fonológica y ortográfica, lograr una mejora gradual también en la escritura.
En el caso de la disortografía, las medidas dispensativas solo se recomiendan si las medidas compensatorias no han alcanzado los objetivos que el grupo de trabajo y la red de apoyo al estudiante se han propuesto. Las medidas compensatorias tienen como objetivo hacer al alumno gradualmente independiente para que pueda adquirir una mayor autoestima y vivir su camino de formación de manera serena. Por último, cuando hablamos de Trastornos Específicos del Aprendizaje, es importante destacar que la idea de "curación" y "enfermedad" debe ser completamente abandonada.
Los alumnos que presentan TEA aprenden a convivir con su condición, gracias a la sinergia de las personas que los rodean. Se realizan rutas personalizadas para ellos, adaptadas a cada uno. Cada niño con Trastorno Específico del Aprendizaje se esfuerza mucho, no es negligente ni perezoso, solo necesita un apoyo diferente en su proceso de aprendizaje. Por eso, siempre es bueno confiar en profesionales capaces de seguir al niño de manera integral en su proceso evolutivo.
Artículo de Mariana Ciaglia, pedagoga