La disortografía: un trastorno específico del aprendizaje que afecta la escritura
Dentro del abanico de Trastornos Específicos del Aprendizaje (TEA), también se encuentra la disortografía. Esta se manifiesta cuando un alumno tiene dificultades para realizar procesos de transformación entre grafemas y fonemas, es decir, entre símbolos y sonidos.
Realizar las tareas en casa, copiar un texto, transcribir datos de la pizarra al cuaderno, son acciones que se vuelven cada vez más complejas para un alumno que presenta el Trastorno Específico de la disortografía. Él se siente desmotivado, menos capaz y presenta bajos niveles de autoestima en comparación con el resto de la clase.
En Italia, la disortografía es el segundo TEA más diagnosticado después de la dislexia, afectando a alrededor de 102.000 alumnos y estudiantes según el MIUR. Muy a menudo, la disortografía se confunde con otro Trastorno Específico del Aprendizaje, la disgrafía.
Con este fin y para aclarar, en este artículo examinaremos:
Un trastorno específico del aprendizaje que afecta la escritura
Como se anticipó, la disortografía es un Trastorno Específico del Aprendizaje (DSA) que afecta el ámbito de la escritura. Las situaciones que resultan complejas para el alumno se refieren a la falta de comprensión de la modificación del lenguaje que pasa del hablado al escrito. El aspecto intelectual del niño no está involucrado ni presenta déficits y un diagnóstico preciso suele ocurrir al final del segundo grado de primaria, alrededor de los 7/8 años.
Si el aspecto intelectual no está afectado de ninguna manera, lo que se ve afectado es el aspecto emocional y psicológico. No es difícil encontrar niños con síndromes depresivos y niveles elevados de estrés provocados precisamente por este DSA. La disortografía diagnosticada de manera temprana puede permitir al niño vivir de manera serena el camino educativo y su formación.
¿cómo identificarlos?
Al igual que en el caso de un niño disgráfico, el niño que presenta un problema de disortografía tiene características específicas. La escritura, de hecho, involucra diferentes habilidades que dan origen a igual cantidad de procesos cognitivos. Veamos algunos de ellos:
- Coordinación ojo-mano;
- Capacidad de codificación sonido-signo;
- Memoria a corto plazo;
- Reconocer de manera consciente los fonemas y establecer una relación entre el lenguaje y la escritura.

El alumno con disortografía, deficiente en relación a los procesos citados, comete una serie de errores que se distinguen convencionalmente en fonológicos y no fonológicos. A continuación, una breve lista:
- Omisión de sílabas y palabras (por ejemplo, montaña con montana);
- Errores en el uso de consonantes complejas (por ejemplo, arañas con ranas);
- Confusión cuando se encuentran sonidos similares entre sí;
- Omisión de palabras (por ejemplo, caliente con cado);
- Problemas para separar las palabras de manera correcta (por ejemplo, derecho con di derecho);
Además de los mencionados, ¿hay otras situaciones que pueden alertar a familia y docentes? Muy a menudo, el niño con disortografía presenta problemas para organizar su propio espacio y moverse en él, tiene problemas en la exposición oral (lenguaje), no puede distinguir visual y oralmente los sonidos, no puede representar los símbolos gráficamente.
Un enfoque personalizado
Durante los primeros períodos del proceso de aprendizaje es normal que el niño encuentre dificultades, léxicas, lingüísticas y de aprendizaje. Es por eso que no se puede hablar prematuramente de disortografía. El maestro observa con atención el progreso escolar del niño y si este presenta errores constantes y frecuentes en clase y en las tareas realizadas en casa.
En presencia de una dificultad mnemónica, de una falta de conciencia en la transformación de sonidos en signos y viceversa, la familia y los docentes se alertan y se involucran a los diversos especialistas. Estos, con herramientas diagnósticas adecuadas (baterías de pruebas y exámenes), definen gradualmente el plan personalizado (o PDP, Plan Didáctico Personalizado) más adecuado para el niño. El grupo de expertos siempre está formado por psicólogos, pedagogos, neuropsiquiatras y pediatras que conocen al niño desde que era pequeño. La profesionalidad de estas figuras permite al niño continuar su proceso de aprendizaje de manera serena y equilibrada.
Es importante en el caso de la disortografía hacer una distinción de la disgrafía, muy a menudo las dos se confunden. La disortografía no es disgrafía y viceversa. La primera, como hemos analizado, involucra todo el ámbito lingüístico, la memoria a corto plazo y los procesos de transformación entre fonemas y grafemas, el niño comete un elevado y constante número de errores. La segunda no involucra el aparato verbal sino solo los procesos gráficos, los rasgos motores y la percepción que el estudiante tiene del espacio que lo rodea.
Recordamos que no estamos frente a una situación patológica o de enfermedad, como en el caso de otros Trastornos Específicos del Aprendizaje (DSA). Nunca se habla de discapacidad, pero es importante destacar que puede haber una condición de comorbilidad, es decir, la coexistencia de varios DSA en el mismo alumno (dislexia, disgrafía, discalculia).
Estrategias y medidas para el éxito académico
Los estudiantes con DSA siguen trayectorias personalizadas diseñadas según sus necesidades, lo mismo ocurre para todos aquellos que presentan un problema de disortografía. El docente y la red que apoya al niño introducen una serie de estrategias:
- Uso de la PC;
- Posibilidad de usar un diccionario durante las pruebas escritas;
- Estructurar pruebas de opción múltiple o con preguntas abiertas que requieran una respuesta breve;
- Tener más tiempo disponible durante las pruebas de evaluación, pruebas de verificación;

Recordamos que los alumnos disortográficos tienen derecho a todas las intervenciones previstas por la ley 170/10 como, por ejemplo, los programas de procesamiento de texto y la creación de mapas mentales. El objetivo es alcanzar en poco tiempo la habilidad de encontrar la correcta correspondencia entre la representación fonológica y ortográfica, lograr una mejora gradual también en la escritura.
En el caso de la disortografía, las medidas dispensativas se recomiendan solo en caso de que las medidas compensatorias no hayan alcanzado los objetivos que el grupo de trabajo y la red de apoyo al estudiante se han propuesto. Las medidas compensatorias tienen como objetivo hacer gradualmente autónomo al alumno para que pueda adquirir una mayor autoestima y vivir su camino de formación con serenidad. Por último, cuando hablamos de Trastornos Específicos del Aprendizaje, es importante subrayar que la idea de "curación" y "enfermedad" debe ser completamente abandonada.
Los alumnos que presentan DSA aprenden a convivir con su condición, gracias a la sinergia de las personas que los rodean. Se realizan para ellos trayectorias personalizadas, calibradas para cada uno. Cada niño con Trastorno Específico del Aprendizaje se esfuerza mucho, no es negligente ni perezoso, solo necesita un apoyo diferente en su camino de aprendizaje. Por esta razón, siempre es bueno confiar en profesionales capaces de seguir al niño de manera total en el proceso evolutivo.
Artículo de Mariana Ciaglia, pedagoga