Disgrafía: el trastorno específico del aprendizaje que dificulta la escritura
Entre los Trastornos Específicos del Aprendizaje (TEA) encontramos la disgrafía, es decir, una dificultad en la escritura, que puede ser leve, moderada o grave y en algunos casos estar acompañada por otros TEA. Dependiendo de la materia, ya sean números o palabras, la escritura del alumno se presenta difícilmente comprensible, poco ordenada y a tramos ilegible.
En este artículo examinaremos:
¿qué es y cómo afecta su aprendizaje?
A menudo, algunos profesores notan que uno de sus alumnos sostiene el bolígrafo de manera incorrecta, durante la escritura de los temas en clase presenta una escritura ilegible o incluso poco comprensible. Durante las pruebas matemáticas no puede escribir los números o las trazas propuestas por el profesor de manera correcta. Las dimensiones de las letras son incorrectas, una más pequeña, las otras más grandes. La distancia entre las palabras es enorme. Todos estos elementos llevan posteriormente a un diagnóstico de disgrafía. Sin embargo, es importante hacer una distinción desde el principio:
la disgrafía no es disortografía y viceversa.
La primera no involucra el aparato verbal sino solo los procesos gráficos y algunos aspectos motores del estudiante. La segunda involucra el ámbito lingüístico. En la adquisición de la escritura, el alumno debe utilizar, de manera combinada, diferentes elementos:
- Conjunto de movimientos para poder aprender a escribir, es decir, las habilidades motoras;
- coordinación ojo-mano;
- capacidad de orientarse visualmente en el espacio (espacio de la hoja, espacio de la pizarra).
En el estudiante disgráfico, la falta de estos elementos lleva a una falla en el sistema de aprendizaje. El niño con problemas de disgrafía a menudo es llamado "escritor equivocado" o "mal copiador", no puede escribir bajo dictado, no respeta los márgenes, no copia bien en la pizarra. En realidad, hay mucho más, como con otros DSA, a menudo se habla de comorbilidad del trastorno.
Los disgráficos presentan en algunas circunstancias otros rasgos de otro trastorno del aprendizaje (dislexia, discalculia, disortografía), el conjunto de estos, hace que el proceso de aprendizaje sea más lento y denso en dificultades. Según los últimos datos del Ministerio de Educación (MIUR), los estudiantes disgráficos representan el 1.5% del total de estudiantes, alrededor de 90,000 en términos absolutos, aunque el dato podría estar subestimado.

Cómo reconocer y apoyar su aprendizaje
Al igual que un niño con discalculia, un niño con disgrafía presenta características específicas:
- No puede respetar las líneas;
- no puede respetar los márgenes;
- escribe letras grandes y pequeñas en la misma línea;
- no puede escribir bajo dictado;
- escribe de manera lenta;
- no sostiene bien los colores, lápices y bolígrafos.
Reducir todo al hecho de que un niño con disgrafía no escribe de manera ordenada no es correcto. La disgrafía supone que el alumno tiene dificultades para reconocer el espacio y moverse en él; algunos niños podrían no tener ni siquiera plena conciencia de su propio cuerpo dentro de una dimensión circunscrita, como por ejemplo la silla en la que están sentados. Además, hay dificultades en la gestión de las tareas en casa, muchos no pueden ser completamente autónomos y este aspecto persiste incluso cuando están en clase.
Cómo identificar y tratar el trastorno específico del aprendizaje en la escritura de los niños
Observemos de cerca este Trastorno Específico del Aprendizaje desde sus manifestaciones hasta el diagnóstico. El alumno disléxico escribe de manera irregular, la causa es la incorrecta sujeción del lápiz. Esto produce una presión menor o mayor en el papel, haciendo que el trazo sea marcado o a veces, casi imperceptible.
La escritura, sin respetar los espacios y el margen, parece ir hacia arriba y hacia abajo, sin regularidad. La derecha y la izquierda se invierten y, en la copia, así como en la producción de textos o ejercicios por sí solo, las cosas no van mejor. Al copiar en la pizarra, a menudo se distrae y pierde el hilo. No será difícil notar en el cuaderno enormes espacios en blanco entre un párrafo y otro. Durante el intento de copia o en la realización de un dictado, el ritmo de la escritura conoce diferentes velocidades, muy rápido, luego muy lento.
¿Quién realiza el diagnóstico? Un grupo formado por psicólogo, pedagogo y pediatra establece el diagnóstico de disgrafía. Después de una cuidadosa observación y la consiguiente administración de pruebas, se estudia una intervención específica para el alumno que involucra actividades realizadas tanto en casa como en la escuela. Es fundamental, cuando nos encontramos frente a Trastornos Específicos del Aprendizaje, una sinergia entre la escuela, la familia y las agencias educativas que se ocupan de la formación del niño. Siempre debe recordarse que, como en todos los demás DSA, también en este caso nos encontramos frente a una condición de ausencia de déficit. Además, para un diagnóstico preciso, los especialistas tienden a esperar hasta la conclusión del segundo grado de primaria.

Ejercicios motores y herramientas compensatorias para niños con disgrafía en la escuela
Desde la escuela maternal, muchos proponen ejercicios de tipo motor para que el niño pueda desarrollar su coordinación. Realizar recorridos con pequeños obstáculos, seguir una dirección, aprender poco a poco a distinguir la derecha de la izquierda permitirá al niño aprender a orientarse y tomar conciencia de su cuerpo en el espacio.
Procediendo de lo general a lo particular, una vez llegado a la escuela primaria, el niño con una suficiente conciencia no tendrá ningún problema en estar sentado, acomodarse en su lugar, gestionar el espacio de su banco y posteriormente de su hoja. Hacer que aprendan a gestionar su espacio gráfico es fundamental, el alumno puede realizar ejercicios de fortalecimiento para hacer más fluido el gesto de la mano mientras escribe y el docente puede sugerir la correcta sujeción del bolígrafo, de los colores mientras en casa el niño debe ser apoyado por los padres.
Veamos lo que prevé la ley 170/10 para todos los alumnos con disgrafía:
- Cuadernos específicos para la disgrafía;
- Bolígrafos ergonómicos, facilitan la sujeción y la presión sobre el papel;
- Software didáctico;
- Grabadoras;
- Mapas conceptuales.
Entre las herramientas compensatorias citadas, válidas e interesantes son los cuadernos especiales para la disgrafía. Estos cuadernos, concebidos con líneas de colores, márgenes de colores y espacios especiales destinados a las notas del docente, permiten al alumno organizar, bajo dictado o durante la copia en la pizarra, mejor el espacio de la hoja.
Recordamos en caso de comorbilidad, la importancia del uso de los mapas conceptuales. Estos, gracias a sus características, combinando imágenes y poco texto permitiendo al niño memorizar más fácilmente los temas según el principio fundamental de la secuencialidad. Todas las actividades que el docente y el grupo de expertos propone deben ser graduales y atractivas para el niño, no se debe olvidar nunca que esto como todos los demás Trastornos del Aprendizaje provocan en el alumno un elevado nivel de frustración con consecuentes problemas en la autoestima.
Artículo de Mariana Ciaglia, pedagoga.