El ciberacoso: una amenaza invisible que afecta a niños y niñas en todo el mundo
Internet es sin duda una de las mayores invenciones de la humanidad, capaz de poseer enormes y extraordinarias potencialidades pero, como tal, sigue siendo una herramienta que puede ser utilizada para las intenciones más nobles como para herir a personas cercanas y lejanas a nosotros.
Dentro de este uso incorrecto de internet, es obligatorio incluir el fenómeno del ciberacoso. El ciberacoso es un tipo particular de acoso escolar que, desde hace años, alerta a padres y operadores escolares, y puede afectar a niños y niñas durante todo su recorrido escolar.
Pero, ¿qué son el acoso escolar y el ciberacoso? ¿Cuáles son sus diferencias? ¿Qué comportamientos deben ser introducidos por padres y maestros para combatir estos fenómenos? ¿Y cómo se puede actuar cuando se es víctima de acoso escolar?
¡En este artículo intentamos dar algunas respuestas a este complejo tema!
Un fenómeno invasivo que afecta a millones de niños y adolescentes en todo el mundo
Para explicar qué es el ciberacoso, es necesario partir de la definición de acoso escolar. El Miur define el acoso escolar como:
una serie de acciones violentas e intimidatorias ejercidas por un matón, o un grupo de matones, sobre una víctima!
El acoso escolar puede ser verbal, físico, persecutorio y, en la mayoría de los casos, se desarrolla en el ámbito escolar. Sin embargo, las nuevas tecnologías han introducido en la ecuación otro fenómeno mucho más insidioso e invasivo que se traduce, precisamente, en el ciberacoso.
El mismo Miur define el ciberacoso como:
un conjunto de acciones agresivas e intencionales, de una sola persona o de un grupo, realizadas mediante herramientas electrónicas (sms, mms, fotos, videos, correo electrónico, salas de chat, mensajería instantánea, sitios web, llamadas telefónicas), cuyo objetivo es causar daño a un compañero de la misma edad incapaz de defenderse.
Las diferencias entre los dos fenómenos se basan en el factor tiempo y en la dimensión en la que el fenómeno se manifiesta. El acoso escolar "clásico" está limitado por el contexto escolar y vive su tiempo en el "tiempo de la escuela" o, como máximo, en el trayecto escuela-casa y casa-escuela. El ciberacoso, en cambio, no tiene límites ni temporales, ni espaciales y a menudo se convierte en un fenómeno persecutorio más fuerte precisamente por la posibilidad de actuar en el anonimato y en la ausencia de una verdadera relación interpersonal entre las partes. De hecho, la ausencia de una respuesta emocional en el otro puede llevar a intensificar aún más el acoso y hacer que el individuo se sienta aún más indefenso y atormentado.
Según Unicef, 246 millones de niños y adolescentes sufren algún tipo de acoso escolar en el mundo cada año. En Italia, el 20% de los adolescentes y niños son víctimas anualmente de acoso escolar o ciberacoso. Sin embargo, las niñas en nuestro país son mucho más susceptibles al ciberacoso: de hecho, estas violencias afectan al 7,1% de las niñas frente al 4,6% de los niños. Unicef también estima que en todo el mundo, 1 de cada 3 estudiantes ha experimentado acoso escolar entre los 13 y los 15 años. Los últimos datos italianos son un poco antiguos, Unicef mismo informa los datos de ISTAT de 2014, pero sin duda, sin temor a ser refutados, los fenómenos relacionados con el ciberacoso han aumentado en los últimos 7 años.
Pero volviendo a los datos de 2014, 1 de cada 2 niños y adolescentes entre 11 y 17 años ha sufrido algún acto de acoso escolar y el 63,3% ha declarado haber sido testigo de maltratos de algunos niños hacia otros.

Directrices y acciones para operadores escolares y padres
El Ministerio de Educación ha estado trabajando durante años en la prevención y lucha contra cualquier fenómeno opresivo en el ámbito escolar y a menudo ha actualizado directrices para la prevención y eliminación del acoso escolar y ciberacoso. Estas directrices están dirigidas a todos los operadores escolares (directores escolares, personal administrativo, personal de apoyo técnico, profesores, etc.) y a todos los padres.
A los operadores escolares se les asigna la tarea de evaluar las interacciones en los grupos sociales que se crean en el ámbito escolar y detectar comportamientos dañinos o potencialmente dañinos. El Ministerio de Educación ofrece módulos de formación y actividades de formación e información para todos los operadores escolares y padres para combatir estos fenómenos. La participación de niños y niñas también es fundamental a través del uso de actividades de educación entre iguales, que ponen en contacto a estudiantes y ex estudiantes entre sí.
El MIUR recomienda activar servicios de asesoramiento psicológico o centros de escucha gestionados por personal especializado, crear grupos de trabajo para combatir estos fenómenos, actualizar los reglamentos escolares con procedimientos para sancionar comportamientos y desarrollar módulos de enseñanza que aborden la educación cívica y la educación digital para combatir y prevenir el acoso escolar y el ciberacoso en el futuro.
Podríamos definir el papel de los operadores escolares y los padres en 3 verbos: educar, observar y escuchar. Es fundamental que todos estén atentos y vigilantes a estos fenómenos, identificando actitudes "patológicas" que pueden aparecer en el entorno escolar y extraescolar. La simple represión de los casos no ayuda a reducir el fenómeno a largo plazo. Se necesitan acciones dirigidas y de educación sobre el fenómeno, que deben dirigirse tanto a estudiantes como a padres y operadores escolares.
Conocer el mundo de sus hijos y estudiantes es fundamental para comprender también cuáles son los peligros. Internet es objetivamente un lugar donde todos los jóvenes y adolescentes viven una buena parte de sus vidas; para prevenir el acoso escolar y el ciberacoso, siempre es mejor conocer y no demonizar las redes sociales, aplicaciones, juegos y en general todo el ecosistema digital. Este enfoque también permite una comunicación efectiva y más fácil entre los jóvenes y "el mundo de los adultos".
El trabajo es en realidad triple: si por un lado es fundamental proteger a las personas que son víctimas de acoso escolar y ciberacoso, es igualmente importante educar a los acosadores o ciberacosadores para que no repitan ciertos errores. Además, se debe incentivar la función de los "externos" al fenómeno educándolos a no permanecer en silencio y a ayudar y apoyar a los compañeros en dificultad.
¿eres víctima de acoso escolar o ciberacoso? ¡no estás solo! encuentra ayuda y apoyo en personas y asociaciones dispuestas a ayudarte.
Más allá de los datos, definiciones y tareas de padres y operadores escolares, es importante dirigirse a quienes son víctimas de acoso escolar o ciberacoso. Si eres víctima de estos fenómenos, recuerda que hay muchas personas dispuestas a ayudarte. Habla de tu malestar con un padre, un pariente, un maestro o cualquier adulto en quien confíes. No tengas vergüenza ni miedo, te ayudarán a enfrentar incluso las situaciones más difíciles; recuerda que ellos también fueron jóvenes y seguramente pueden conocer lo que te está sucediendo y sabrán ayudarte.
Recuerda que también hay asociaciones que pueden ayudarte, El Telefono Azzurro tiene un número (1.96.96) para denunciar casos de acoso escolar y ayudarte a ti, a tus padres y a tus maestros a combatir el fenómeno. Además, hay un chat en línea con el mismo objetivo. Si quieres acceder al chat o consultar los horarios en los que puedes llamar al Telefono Azzurro, puedes hacer clic aquí!
Recuerda que también las fuerzas del orden pueden ayudarte y están en primera línea para frenar estos fenómenos. El acoso escolar y el ciberacoso también pueden derivar en delitos penalmente perseguibles. Su ayuda puede ser fundamental.
Todavía hay otras iniciativas, en gran parte ministeriales, destinadas a la prevención y eliminación de estos fenómenos. Te recomendamos el portal de generazioni connesse y el portal del ministerio de igualdad de oportunidades dedicado a la dirección general para el estudiante, la integración y la participación.